12 de enero de 2011

EL VERDADERO DUELO POR EL BALÓN DE ORO

La elección de Leo Messi como Balón de Oro FIFA 2010 ha creado cierta polémica, si bien a todo el mundo parece finalmente que le resulta justo que el premio haya recaído, por segundo año consecutivo, en manos del genial futbolista argentino.
Las encuestas previas daban como favorito a Andrés Iniesta, seguido por Xavi Hernández, y Messi parecía destinado a ocupar un honorable tercer lugar, habida cuenta de su discreto papel en el pasado Mundial de Sudáfrica, en contraste con sus compañeros de equipo, que fueron decisivos en la conquista del Campeonato por la Selección Española. Incluso, en diferentes medios de comunicación, se daba por hecho que Iniesta sería el segundo futbolista español en conseguir el preciado trofeo, cincuenta años después del único que hasta ahora lo ha conseguido, Luis Suárez, en 1960, siendo también jugador del F.C. Barcelona.
Pero cuando Pep Guardiola leyó el nombre de Leo Messi, a todos, incluido el propio argentino, se les escapó una mueca de incredulidad. Messi era en todas las quinielas el invitado de piedra, acompañante de sus dos triunfantes compañeros, y finalmente fue quien se llevó el trofeo a casa.
El Balón de Oro nació en 1956, por iniciativa de Gabriel Hanot, un periodista de la revista France Football, el mismo que, junto a Santiago Bernabéu y otras personalidades del balompié europeo creó, un año antes, la Copa de Europa. Hasta 2007, el Balón de Oro se decidía mediante los votos de casi un centenar de periodistas deportivos de todo el continente, y se otorgaba únicamente a futbolistas europeos. Alfredo Di Stéfano lo ganó en 1957 y 1959, siendo ya ciudadano español. En 1995 se introdujo una variación que permitía a futbolistas no europeos optar al galardón, siempre que militasen en equipos adscritos a la UEFA. George Weah, liberiano del Milán, lo ganó ese año, convirtiéndose en el primer futbolista no europeo en ser premiado. Después le seguirían Ronaldo en 1997 y 2002, Rivaldo en 1999 y Ronaldinho en 2005. En 2007 el trofeo volvió a sufrir un penúltimo cambio, mediante el cual iba a ser posible no ya solo que lo ganase un jugador no europeo, sino que también podía hacerlo un futbolista de cualquier club del mundo. Hasta hoy, no se ha dado el caso, y todos los ganadores del Balón de Oro lo han sido militando en equipos europeos.
Para entonces, desde hacía dieciséis años, la FIFA tenía su propio “Balón de Oro”, el FIFA World Player, que instauró en 1991. De las diecinueve ediciones de este galardón, en doce el ganador fue el mismo que el del Balón de Oro de France Football. El FIFA World Player no lo decidían los periodistas, sino los seleccionadores y capitanes de todas las selecciones nacionales afiliadas a la FIFA. Los votantes no eran los mismos, pero parece que sí lo era su criterio, al menos en la mayoría de las ocasiones. Los caminos de los dos premios parecían destinados a cruzarse, y en 2009 entregaron por separado su último trofeo. A partir de 2010, ambos se fusionarían en un único certamen, el Balón de Oro FIFA, cuyo primer ganador ha sido Leo Messi. En él, quienes deciden son todos los que lo hicieron en los anteriores formatos, es decir, periodistas ya no sólo europeos, sino de todo el mundo, seleccionadores y capitanes de todas las naciones.
Leo Messi es el mejor futbolista del mundo, eso lo saben los niños pequeños. Y con toda justicia, pese a que los favoritos eran Iniesta y Xavi, le han entregado el trofeo que le acredita como tal. Cierto es que cualquiera de los tres podía haberlo ganado, y de cualquier forma, hubiese salido del sobre de Guardiola cualquiera de los tres nombres, el veredicto resultante lo hubiésemos dado por correcto. Pero no se entiende cómo es que todo el mundo daba por menos favorito al hombre que finalmente se ha impuesto en las votaciones. Incluso los profesionales del fútbol, muchos de los cuales emitieron su voto, parecían convencidos de que el excelente juego de Iniesta y Xavi, su aportación al espectacular juego del Barcelona, y su decisivo papel en el Mundial de Sudáfrica, con gol ganador incluido del primero, serían base suficiente para que uno de los dos consiguiese el Balón de Oro FIFA.
Que la FIFA es un nido de corrupción también lo saben cada vez más niños pequeños. Intereses económicos de todo tipo mantienen un tinglado que resulta mareante. Todo este tipo de premios, galardones individuales y colectivos, condecoraciones, etc. casi siempre llevan detrás un halo de intereses arrastrado por toda la industria que se mueve y alimenta alrededor del fútbol. En las últimas horas ha salido a la luz una versión de los hechos ocurridos el pasado lunes en Zurich. Una versión que nos ha hecho situarnos de nuevo en la guerra de intereses que mantienen Adidas y Nike por el control del fútbol mundial. Las dos multinacionales acaparan el mercado de mega estrellas mundiales, y en los últimos quince años se han venido repartiendo los galardones del FIFA World Player. Los futbolistas brasileños Ronaldo, Rivaldo y Ronaldinho, junto a Luis Figo y Fabio Cannavaro fueron los buques insignia de Nike, mientras Zidane, Cristiano Ronaldo, Kaká y Messi lo han sido de Adidas. Ambas firmas se juegan mucho en cada certamen del Balón de Oro FIFA, mucho más que sus representantes sobre el césped, y de todos es sabido que en el mundo del fútbol hoy en día todo se mueve con dinero sobre la mesa, incluso los votos más sagrados, aquellos que se dan para elegir la sede de la fase final de un Campeonato del Mundo, por mucho que Angel María Villar se intentase convencer a sí mismo de lo contrario el pasado 2 de Diciembre, en la elección de Rusia 2018 y Catar 2022.
No es de extrañar por tanto que, algo tan liviano como la elección del Balón de Oro FIFA, se convierta, si no lo ha hecho ya, en otro gran pastel a repartir entre quienes venden su dignidad y su conciencia por un puñado de dólares. Leo Messi es “jugador de Adidas”, igual que Xavi Hernández. Andrés Iniesta lo es de Nike. Adidas, hoy por hoy, pese a tener una facturación inferior a la del gigante estadounidense, tiene una mayor participación en el mundo del fútbol. Leo Messi es un futbolista global, joven, y representa todos los valores que la marca alemana quiere publicitar para su expansión. Es posible que Xavi tenga la desventaja, con respecto al argentino, de que tiene ya casi treinta y un años, y su “catalanidad” le hace ser un icono menos universal. Andrés Iniesta quizás deba esperar un año más para hacerse con el galardón, porque Adidas lo ha ganado en los dos últimos años, y para el próximo ya le toca a Nike.

8 de enero de 2011

BLATTER QUIERE INVENTAR LA RUEDA

"Sep" Blatter, Presidente de la FIFA
Suelen decir los más entendidos que "En el fútbol está todo inventado", pero parece ser que no es del todo cierto. Joseph Blatter lleva años empeñado en demostrarlo. Escudero inseparable de Joan Havelange, el hombre que durante casi un cuarto de siglo, desde 1974 hasta 1998, reformó desde los cimientos el fútbol para convertirlo en la macro industria de ocio que hoy conocemos. Célebre es la frase del dirigente brasileño, al poco de estrenarse como Presidente de la FIFA: "Yo vendo un producto llamado fútbol". Blatter, sucesor de Havelange, ha continuado la política de su antecesor, introduciendo cambios en el fútbol cada vez más enfocados a un mayor acopio de ingresos económicos en materia de derechos televisivos. La manera de lograrlo, lógicamente, es aumentar el número de partidos por competición, por lo que de manera directamente proporcional ha aumentado también el número de equipos participantes en las fases finales de los principales torneos internacionales de selecciones. Así, de los dieciséis equipos que tomaron la salida en el Campeonato Mundial de Alemania en 1974, se pasó a veinticuatro en España 1982 y a treinta y dos en Francia 1998. De la misma manera, el Mundial pasó de ser una cuestión sudamericano - europea a convertirse, ya desde 1994, en algo mucho más globalizado. En ese año, Estados Unidos pasó a ser el primer país que organizó un Campeonato del Mundo fuera de Sudamérica y de Europa. Después, le han seguido Corea del Sur – Japón en 2002, y Sudáfrica en 2010. Con esta medida, acertada en parte, la FIFA pretende promocionar el fútbol en aquellos países de menos tradición futbolística, y abrir mercados en territorios sin explorar.

Sin embargo el pasado día 2 de Diciembre de 2010, con la elección de Catar como sede del Mundial de 2022, la FIFA dio una vuelta de tuerca más al ya apretado mecanismo internacional del fútbol. Blatter defendió la designación del país árabe como parte de la política de la FIFA de expansión del fútbol a todos los rincones del planeta, aunque se entiende poco, por un lado, que los dos anteriores Campeonatos del Mundo se vayan a celebrar en países de tradición tan futbolística como Brasil o Rusia, y por otro, que un país de apenas un millón y medio de habitantes sea para la FIFA una prioridad para la expansión del fútbol. No reúne demasiadas condiciones Catar que tengan que ver con los objetivos promocionales de la FIFA, salvo las meramente económicas, que son las que más atraen al organismo que dirige Blatter. Un país que organizativamente no va a tener mayores problemas, porque si algo sobra en Catar es dinero para construir lo que haga falta (que será todo, porque hoy por hoy no hay nada construido), pero que sí va a tener otro tipo de impedimentos, de índole más natural, y por tanto más insalvables, excepto que con el dinero que siga saliendo de los pozos de petróleo se dote al país de estructuras micro-climáticas que permitan un normal desarrollo del torneo.

Maqueta del Al-Khor Stadium, en Doha
El calor de Catar en los meses de verano puede hacer subir el mercurio hasta los cincuenta grados centígrados, algo que impide la práctica del fútbol y de cualquier otra actividad física a todos los efectos. Blatter lo ha dicho ahora, aunque como es lógico pensar, ya lo sabía mucho antes de la elección de Catar como sede. Su solución pasa, según ha dicho, por adelantar la celebración del Mundial al mes de Enero, con lo que sería el primer Campeonato del Mundo en casi un siglo que dejaría de jugarse en los meses estivales. Naturalmente, algo tendrá que hacer la FIFA para evitar que los jugadores sufran desmayos y convulsiones por un golpe de calor en pleno partido. A ojos de millones de espectadores, sería un efecto espeluznante. Ya han aguantado bastante los futbolistas en anteriores Mundiales, como en el de México 1986, en el que hubo partidos que se jugaron, por imperativo de las televisiones, a las doce del mediodía, bajo el achicharrante sol del verano azteca. En Estados Unidos 1994 volvieron a darse situaciones de extremo calor, pero de nuevo lo importante era que los partidos llegasen a Europa, el continente mayor consumidor, en horario lo más cercano al Prime Time. Aún así, nunca se llegó a los cincuenta grados que se dice podrían alcanzarse en Catar en pleno mes de Junio.

Joseph Blatter
Así que Joseph Blatter, por una vez, ha tenido en cuenta la salud de los principales actores de la película, los futbolistas. Para eso tenía otras opciones antes del día 2 de Diciembre, como haber elegido otra sede con mejores condiciones climáticas, aunque las demás aspirantes partían con cierta desventaja, pues ninguna de ellas traía bajo el brazo la riada de petrodólares que la FIFA va a ingresar con Catar. El país árabe contaba con todas las bendiciones, y por ello se convirtió en organizador del Mundial. Pero también por ello ahora se han de buscar soluciones a sus condiciones meteorológicas, aunque sea poniendo en solfa todo el calendario futbolístico internacional, que en once años va a tener que reinventarse para que, cuando llegue Enero de 2022, todo esté perfectamente sincronizado, y los futbolistas puedan acudir a Catar para jugarse la Copa del Mundo.

Cambiarán los calendarios de ligas y copas nacionales, los de competiciones internacionales de clubes, los de selecciones, se supone que también la fase de clasificación para el propio Mundial… porque no se adelanta un mes, ni dos, sino medio año. Veremos un nuevo orden en el fútbol, porque, al menos un par de años antes, nada podrá ser como hasta entonces, por una cuestión meramente físico – temporal. El Campeonato del Mundo caerá en medio de los torneos nacionales e internacionales de los países más representativos del fútbol, y estos tendrán que adaptarse a partir sus competiciones en dos, o a hacerlas más cortas.

Hasta ahora, creíamos que en el fútbol todo estaba ya inventado, pero la FIFA nos quiere demostrar que no, que todavía quedan piruetas que nunca se han dado, y que la rueda aún puede ser más redonda. Veremos en qué termina el invento.

5 de enero de 2011

ATHLETIC - BARCELONA, EL SABOR DE LA COPA

Athletic de Bilbao y Barcelona juegan esta noche la vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey. Siempre que estos dos equipos se enfrentan en la competición copera, volvemos a hablar del significado de esta eliminatoria, histórica, que nos traslada al tiempo en que el fútbol era mucho más épico, y el torneo de Copa daba prestigio a los equipos que lo ganaban.
Barcelona Campeón de Copa 2009
Contando las dos finales que jugaron vascos y catalanes, una en 2009, en Valencia, con resultado favorable al Barça (4-1) y otra en 1984 en Madrid, con victoria para el Athletic (1-0, en la famosa final que terminó en una lamentable tangana entre los jugadores de ambos equipos), se han enfrentado en seis ocasiones en los últimos treinta años en Copa del Rey. El balance, en las eliminatorias de la temporada 1980-81 (2-0 y 1-2 para el Barça), 1982-83 (1-0 en Bilbao y 3-0 en Barcelona), 1985-86 (de nuevo 1-0 y 1-2 para el Barça) y la más reciente, en la 1989-90 (0-1 en San Mamés y 1-0 en el Camp Nou), siempre ha sido favorable para el cuadro catalán. El Athletic tiene esta noche la oportunidad de superar al Barcelona por primera vez en eliminatoria copera desde 1960. Ha llovido mucho desde que Artetxe, Garay y Markaida , en el partido de vuelta de los cuartos de final, jugado en San Mamés (3-0), apeasen con sus goles al Barcelona de la que entonces era la Copa del Generalísimo, después de que en el Camp Nou (3-1) dos goles de Kubala, y uno de Justo Tejada, neutralizasen el inicial gol de Koldo Aguirre, para poner un 3-1 en el marcador con el que viajaría el equipo blaugrana a Bilbao.
Más de cincuenta años han pasado desde que el Athletic eliminase por última vez al Barcelona en la Copa, y le ha tocado intentar romper ese maleficio ni más ni menos que contra el que dicen mejor equipo en la Historia del club culé. Son otros tiempos, no cabe duda. El fútbol es muy diferente ahora de lo que era entonces, pero la esencia de la Copa sigue intacta.
Gol del Athletic en la final de 1984
El torneo del K.O. ofrece sensaciones muy distintas de las que tenemos en la Liga, donde todo se juega a treinta y ocho partidos, y hay muy poco lugar para las sorpresas. Las mayores emociones suelen  producirse más por evitar los puestos de descenso o por obtener una plaza en Europa que por el título en sí, que, sobre todo en los últimos años, parece sólo cosa de dos. Pero por norma general, la Liga ofrece pocos partidos realmente especiales, como lo son los de Copa. No hay más que ver la expectación creada estos días en Bilbao para comprobar que todavía hay clubes que creen de verdad en este torneo. Hubo unos años en los que los dos grandes, Barcelona y Madrid (sobre todo este último), renunciaron a luchar por este título, por considerarlo un obstáculo en su temporada cargada de partidos más “importantes”, Liga y sobre todo Champions, y cayeron en humillantes eliminatorias ante equipos de mucho menos nivel. Por suerte, parece que los grandes clubes han vuelto a tomar en cuenta la Copa, y de nuevo el título cuenta entre sus objetivos para el final de temporada.

Dani, Goiko, Sarabia, Meléndez... con la Copa de 1984

En Bilbao ese nunca fue un problema. En mejores o peores condiciones, el Athletic no ha dejado de ser uno de los clubes que cuidaron la Copa, pese a ser, junto a Barça y Madrid, el único equipo que jamás descendió de Primera División. Entre sus objetivos deportivos siempre se contó la Copa del Rey, primero, hasta 2009, porque era el equipo con más títulos coperos en su haber, y después de haber perdido esa condición a favor del Barcelona, por mantener esa tradición que le ha hecho legendario.
Porque el Athletic es tradición en estado puro. Su política de plantilla de procedencia exclusivamente vasca es una tradición, aunque en los últimos tiempos, y con algunos movimientos más o menos trastabillantes, se ha convertido en una cuestión más política que tradicional. Pero es un club que ha querido mantenerse firme a sus convicciones siempre que ha podido. Su estadio, inagurado en 1913 es, junto a Mestalla (1923), el estadio más antiguo de los grandes clubes, y a diferencia del coliseo valenciano, es el único en el que se han disputado todas las ediciones del Campeonato Nacional de Liga en Primera División. Su arquitectura típicamente británica, con una estructura cuadrangular y graderíos independientes, e incluso con sus columnas en la Tribuna Este, hacen de San Mamés el estadio donde parecen no haber pasado los años desde los tiempos de Fred Pentland.
La eliminatoria que esta noche se resuelve tiene todos los ingredientes para seguir alimentando la Leyenda de estos enfrentamientos. Un campo inigualable, que va a estar lleno hasta la bandera porque la afición bilbaína sabe apreciar las grandes ocasiones, un equipo que intenta volver a ser lo que fue, pero que nunca perderá su perspectiva histórica, y un rival a batir, el Barça, que atraviesa por el momento más dulce que se recuerda, y que hoy por hoy parece un equipo invencible. El reto que tiene ante sí el equipo vasco es enorme, pero en su mano está dar la vuelta a la Historia, y, quién sabe si, dentro de unos meses, dar de nuevo alcance al Barça en el palmarés de la Copa.

3 de enero de 2011

LOS PULSOS DE DRENTHE

Royston Drenthe por fin ha dado señales de vida, y ya está en Alicante, con siete días de retraso, donde mañana Martes se verá con la cúpula directiva del Hércules. Puede pasar cualquier cosa.

El holandés decidió no presentarse al entrenamiento del equipo alicantino el pasado día 27 de Diciembre, después del permiso que había disfrutado la plantilla con motivo de las fiestas navideñas. Drenthe alegó en su defensa que el club le debe dos mensualidades, y que no pensaba presentarse hasta que su situación no se regularizase. Desde entonces, todos los intentos por convencer al jugador por parte del club han sido en vano, y durante la pasada semana los distintos estamentos del Hércules dieron su opinión, siempre contraria a la forma de actuar de Drenthe. Esteban Vigo, el entrenador blanquiazul, dijo que la actitud de su jugador no tenía ninguna justificación, y que poco le importaban ya las excusas que llegase a ponerle a su vuelta. El Presidente herculano, Valentín Botella, tocó el aspecto más personal del jugador, afirmando que Drenthe "Está tirando por la borda su prestigio". Y la afición, dividida entre los pocos que piensan que el jugador está en su derecho de no trabajar mientras no cobre su sueldo, y los muchos que están convencidos de que Drenthe ha faltado al respeto a sus compañeros, a su entrenador y a todos los aficionados del Hércules.

Pintadas en el José Rico Pérez
Ayer aparecieron pintadas en la casa de Drenthe en Alicante, y en el Estadio Rico Pérez, en las que ese sector irritado de la afición expresaba su malestar, con insultos y amenazas al jugador. La postura de Drenthe ha encrespado los nervios de todos los que sienten los colores del Hércules, y asi se lo han hecho saber, en forma de graffiti. Él ha dicho que las pintadas no le importan, porque ha visto cosas peores en su vida.

Royston Drenthe nació y creció en uno de los barrios más marginales de Rotterdam, donde se congregan miles de inmigrantes llegados de todas partes para trabajar en el puerto de la ciudad holandesa, que pasa por ser el mayor puerto de Europa. Ese barrio y todas sus vivencias han imprimido en él una personalidad muy fuerte, que ya ha demostrado en más de una ocasión. Sin embargo, esta vez posiblemente se ha meado fuera del tiesto, y no ha tomado la mejor solución a la hora de exigir sus impagos. Está en su perfecto derecho de reclamar lo que prometieron pagarle, pero las formas que ha elegido no son las más adecuadas, sobre todo si tenemos en cuenta que Drenthe es un buen futbolista, de sólo veintitrés años, y con todas las posibilidades aún de completar una buena carrera futbolística que le permita olvidar su dura infancia en Rotterdam y los dos meses que ahora le debe el Hércules.

Drenthe, escoltado a su llegada a Alicante
Pero no se ha parado a pensarlo, como tampoco se paró a pensar, en los dos años que pasó en el Real Madrid, que sus juergas nocturnas y su vida de bohemio podrían hacerle salir del club, como finalmente ocurrió. El pasado verano fue cedido al Hércules, en un intento del Madrid de ofrecerle una buena salida deportiva, para que pudiese madurar como futbolista y persona, y regresar en un futuro para triunfar. Comenzó bien, se hizo dueño de un puesto en el equipo titular, y se había convertido en un jugador clave en el esquema de Esteban Vigo. Pero a las primeras de cambio, y quizás porque por esa buena actuación en la primera parte de la Liga se ha visto con la autoridad moral dentro del equipo para hacerlo, Drenthe ha vuelto a embestir, lo que da que pensar que va a ser muy difícil que el chico complete la formación que el Madrid quería para él en Alicante.

Drenthe vive en un continuo pulso contra todo el que está a su alrededor. Él es así, un chico criado en un suburbio holandés, al que la vida le ha endurecido la piel hasta acorazar a la buena persona que, según dicen quienes le conocen bien, lleva dentro. Esa misma dureza de la que alardea le ha llevado, esta misma tarde, a salir por la puerta principal del aeropuerto de Alicante, enfrentándose a los pocos aficionados que se habían congregado allí para abuchearle. Dejando fuera de toda duda la legitimidad de lo que reclama, el pulso que ahora le está echando al Hércules, que es el club que le paga (o debería pagarle), y al Real Madrid, que es el club al que pertenecen sus derechos deportivos, le puede salir demasiado caro. Los grandes clubes no quieren problemas en sus vestuarios, y Drenthe, con sólo veintitrés años, tiene ya unos cuantos manchones en su hoja de servicio.

2 de enero de 2011

DE XAVI A MIGUELI, 37 AÑOS DE HISTORIA AZULGRANA

Xavi Hernández, 549 partidos con el Barça
Xavi Hernández juega esta tarde su partido oficial número 549 con la camiseta del F.C. Barcelona, y el club culé ha querido tener un bonito detalle con el hombre que hasta hoy ha tenido el récord de participaciones con el equipo azulgrana, Miguel Bernardo Bianquetti (Migueli), invitándole a hacer el saque de honor en el Barcelona – Levante que se juega en el Camp Nou.
A lo largo de los años, el Fútbol Club Barcelona ha sido poco dado a los actos institucionales en homenaje a los grandísimos futbolistas que han pasado por su vestuario, e incluso ha habido mucha polémica con algunos de ellos. El pasado verano, Cruyff devolvió la medalla que la Junta de Joan Laporta le había entregado unos meses antes, con motivo de su nombramiento como “Presidente de Honor del F.C. Barcelona”. Una figura que, según el recién estrenado Presidente, Sandro Rosell, no está recogida en los estatutos del club, y que debía ser aprobada por los socios para que tuviese validez. Lógicamente, a Cruyff, que pasa por ser uno de los grandes protagonistas de la Historia del club, como lo son Di Stéfano en el Madrid, Charlton en el Manchester, Eusebio en el Benfica o Beckenbauer en el Bayern, no le sentó nada bien que Rosell pusiese en cuarentena su “presidencia”, y decidió presentarse en las oficinas del Barcelona para devolver la medalla y el nombramiento. En los últimos veinte años, el club catalán sólo ha organizado un partido homenaje. Fue precisamente a Johan Cruyff, en 1999, pero fue un acto muy íntimo, tanto que participaron sólo jugadores del Barcelona, por un lado la plantilla de aquel año, y enfrente la del Dream Team que creó y dirigió el entrenador holandés. Anteriormente a ese partido, diez años antes se había celebrado el último partido homenaje, a Migueli después de su retirada. Por lo demás, el club catalán sólo ha homenajeado, durante sus ciento doce años de existencia, a Olivella, Sadurní, Torres, Rifé, Cruyff, Asensi, Rexach, Olmo, Artola y Quini.

Cruyff devuelve la medalla en las oficinas del Barcelona
Siempre ha presumido el Barcelona de no querer vivir de recuerdos, y sí del presente, en los últimos años más brillante que nunca, algo que le honra, porque en esa filosofía del “lo mejor está por venir”, está implícito el arte de buscar siempre el más difícil todavía. Pero también es verdad que el fútbol es de la gente, y las personas, que somos la unidad que formamos “la gente”, tenemos memoria, nostalgia, y a veces sentido del agradecimiento.

En un Mundo que vive tan deprisa, apenas nos da tiempo de recapacitar sobre el hoy, porque también tenemos que dedicar un buen rato a pensar en el mañana. No queda lugar para recordar el ayer, que es el que nos hizo llegar hasta donde hemos llegado, y a veces la falta de perspectiva nos hace dudar mucho sobre el siguiente paso que tenemos que dar. Eso pasa en la vida, en general, y en el fútbol en particular también, por supuesto. La evolución es vital en nuestra sociedad, eso está claro, pero cada vez somos más reacios a mantener tradiciones y recuerdos, porque creemos erróneamente que aquellos ya no nos van a servir, cuando en realidad, haciendo un buen uso de ellos, casi siempre sirven como estímulos, y no en pocas ocasiones nos ayudan a escapar de callejones sin salida.
Migueli, en 1988
Por eso, los grandes clubes de hoy, en un fútbol tan atropellado como el que vivimos, tienen, además del gran reto de la mejora continua a nivel deportivo e institucional, la obligación de rendir un merecido reconocimiento y agradecimiento a su pasado, para comprender mejor el presente y poder sentar las bases del futuro. El Barcelona, club modélico en todos los aspectos, tiene ese pequeño déficit que con sencillos actos como el de esta tarde quiere empezar a superar. Es una buena ocasión de agradecer a una de las grandes figuras del barcelonismo todo lo que dio por el club, y por el fútbol en general. “Tarzán” Migueli contribuyó, con sus 549 partidos en los dieciséis años (1973 – 1989) que estuvo en el Camp Nou, a mantener y engrandecer la Historia del Barça, y es justo que de vez en cuando se reconozca a aquellos héroes del pasado que, sin ellos, no hubiese sido posible llegar al lugar donde estamos.