27 de abril de 2009

EL OSO NO ESTÁ CAZADO

El Real Madrid se ha colocado a cuatro puntos, a falta de cinco partidos para el final de Liga, y en Chamartín ya se empiezan a ver las primeras señales de euforia. Visto de otra manera, al Madrid, a pesar de lo que ya ha hecho, le queda lo más difícil. Cierto es que cumple toda una vuelta imbatido (su última derrota se produjo en el Camp Nou hace más de cinco meses), y que ha recortado una distancia que entonces parecía inalcanzable, precisamente a un equipo que está desarrollando un fútbol de lo mejor que se ha visto en los últimos años, con lo que el mérito de lo conseguido hasta ahora es inmenso.

Pero, ¿y ahora?. De momento, en cinco días el Real Madrid recibe al F.C. Barcelona en el Santiago Bernabéu. Al contrario de lo que viene sucediendo en el feudo culé, donde el Madrid sólo ha ganado dos de sus veinticinco últimos partidos ligueros, en campo madridista las victorias del Barça suelen darse con más frecuencia. La opinión general es que el equipo local se impondrá el sábado a su oponente, pero no está tan seguro como parece. Este Barça es un equipazo, y las posibilidades de que termine el partido a sólo un punto del equipo merengue son casi las mismas de que prácticamente sentencie la Liga al término de los noventa minutos.

Supongamos, no obstante, que el Real Madrid se impone. Un punto de desventaja, y cuatro jornadas por delante. ¡Pero que cuatro jornadas!. De entrada, desequilibrio en cuanto a partidos como local y visitante favorable al Barcelona. El Madrid jugará tres de esas cuatro últimas jornadas como visitante, mientras el Barça jugará dos como local y dos como foráneo.

Las visitas del Real Madrid serán a Valencia, Villarreal y Pamplona. En los dos primeros casos, con equipos que estarán jugándose su plaza en Champions, y que saldrán con todo su potencial. Contra Osasuna, en la última jornada, puede que los navarros dependan de la victoria para mantener la categoría. Entre medio, el Madrid recibirá al Mallorca, en el, a priori, partido más tranquilo que le espera, en su casa y ante un equipo que para entonces podría tener la permanencia asegurada.

El calendario del Barça, al menos en la competición liguera, es más asequible. Recibirá a Villarreal y Osasuna, y viajará a Mallorca y a La Coruña, ya en la última jornada. En su contra puede jugar el hecho de tener que disputar entre partido y partido de Liga una semifinal de Champions contra el Chelsea, y la final de Copa frente al Athletic.

Se presenta pues un final de temporada apasionante, en el que el Barcelona podría alzarse con el ansiado triplete... o quedarse un año más sin títulos. El oso no está aún cazado, y ambos equipos lo saben.

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