Me ha llamado la atención un apunte que refleja el diario
Marca, sobre la eliminatoria de Copa entre la Real Sociedad y el Granada, que
el equipo donostiarra tiene prácticamente asegurada, después del 4-1 conseguido
en Anoeta hace unos días. La nota dice que la Real lleva nada menos que ¡23
años! sin eliminar de la Copa del Rey a un equipo de Primera División. Es un
dato que posiblemente conozcan bien los seguidores del equipo donostiarra, pero
que para la inmensa mayoría de los aficionados pasará desapercibido.
La última vez fue en 1988, en semifinales, contra el Real Madrid. Recuerdo aquel partido perfectamente. Lo retransmitía ETB-1, y lo ví, claro, en la vieja Telefunken en blanco y negro, con todas las dificultades del mundo, porque la tele sólo tenía dos botones "UHF y VHF", y para cambiar de canal había que sintonizar el dial, como en las radios antiguas. Por si fuera poco, la narración era en euskera, con lo que apenas sí entendía los nombres de los jugadores y una palabra que me martilleó toda la noche: "gola". En la ida, en el viejo Atotxa, la Real Sociedad había ganado por 1-0, con gol de José Mari Bakero. Quince días después, en el Santiago Bernabéu, se decidiría el primer finalista de aquella edición de la Copa. El segundo saldría de la eliminatoria entre Osasuna y Barcelona, que se llevaría el equipo catalán, y posteriormente sería Campeón. En el partido jugado en Chamartín el 18 de Febrero de 1988, el Madrid de la Quinta del Buitre, que por entonces pasaba por ser posiblemente el mejor equipo de Europa, partía como favorito, y parecía posible que el 1-0 de Atotxa sería remontado por el equipo de Beenhakker. Un mes antes, en partido de Liga, el Madrid había derrotado por 1-0 a la Real, con un inolvidable gol de Butragueño, repetido después en televisión cientos de veces, que rebotó en los dos postes de la portería de Arconada, antes de alojarse en la red. No obstante, enfrente estaba la Real Sociedad, vigente Campeón de la Copa, en 1987, y que en Liga estaba completando una de las mejores actuaciones de los últimos años. Terminaría segunda, a once puntos del Real Madrid. El entrenador era John Benjamin Toshack, que cumplía su segunda temporada al frente del equipo txuri urdin.
La última vez fue en 1988, en semifinales, contra el Real Madrid. Recuerdo aquel partido perfectamente. Lo retransmitía ETB-1, y lo ví, claro, en la vieja Telefunken en blanco y negro, con todas las dificultades del mundo, porque la tele sólo tenía dos botones "UHF y VHF", y para cambiar de canal había que sintonizar el dial, como en las radios antiguas. Por si fuera poco, la narración era en euskera, con lo que apenas sí entendía los nombres de los jugadores y una palabra que me martilleó toda la noche: "gola". En la ida, en el viejo Atotxa, la Real Sociedad había ganado por 1-0, con gol de José Mari Bakero. Quince días después, en el Santiago Bernabéu, se decidiría el primer finalista de aquella edición de la Copa. El segundo saldría de la eliminatoria entre Osasuna y Barcelona, que se llevaría el equipo catalán, y posteriormente sería Campeón. En el partido jugado en Chamartín el 18 de Febrero de 1988, el Madrid de la Quinta del Buitre, que por entonces pasaba por ser posiblemente el mejor equipo de Europa, partía como favorito, y parecía posible que el 1-0 de Atotxa sería remontado por el equipo de Beenhakker. Un mes antes, en partido de Liga, el Madrid había derrotado por 1-0 a la Real, con un inolvidable gol de Butragueño, repetido después en televisión cientos de veces, que rebotó en los dos postes de la portería de Arconada, antes de alojarse en la red. No obstante, enfrente estaba la Real Sociedad, vigente Campeón de la Copa, en 1987, y que en Liga estaba completando una de las mejores actuaciones de los últimos años. Terminaría segunda, a once puntos del Real Madrid. El entrenador era John Benjamin Toshack, que cumplía su segunda temporada al frente del equipo txuri urdin.
En una noche heladora, el Bernabéu se congeló con el juego de
la Real Sociedad. Después de un gol de Butragueño anulado por Enríquez
Negreira, fueron cayendo uno tras otro los goles de lado blanquiazul. Alberto
Górriz hizo el primero, a los cincuenta y tres minutos, y apenas un cuarto de
hora después, Bakero y Txiki Beguiristain ya habían puesto un cómodo 0-3 en el
marcador, que sentenciaba la eliminatoria. De nuevo Bakero, a falta de veinte
minutos para el final, hizo el 0-4, para redondear una actuación memorable. En
la final, que se disputaría precisamente en el Bernabéu, esperaba ya el
Barcelona, que se había deshecho sin dificultades por 3-0 de Osasuna en el Camp
Nou.
Alexanko bate a Arconada en la final de Copa de 1988 |
Ganaría la Copa el Barça, con un gol de Alexanko, en un momento
especialmente incómodo para el club, después del “Motín del Hesperia”, que
había supuesto una revolución dentro del vestuario azulgrana, poniendo a la
plantilla en contra de la Junta Directiva por unos asuntos relacionados con las
retenciones practicadas en los contratos de los futbolistas por los derechos de
imagen. Luis Aragonés, entrenador por entonces del Barcelona, se posicionó de
parte de los futbolistas, y la final de Copa sería uno de sus últimos partidos
en la entidad culé. Como también lo fue en la Real Sociedad para tres
futbolistas que habían sido la columna vertebral del exitoso equipo de Toshack:
López Rekarte, Txiki Beguiristain y José Mari Bakero, que ese verano harían las
maletas rumbo al Camp Nou, fichados por el recién llegado Johan Cruyff. Los cuatro
terminaron haciendo Historia en Barcelona.
Plantilla de la Real Sociedad 1981/82, Campeón de Liga |
La salida de los tres jugadores, unido a la inminente
retirada de otros mitos realistas, como Jesús Mari Zamora o Luis Miguel Arconada,
y la despedida en las últimas temporadas de jugadores como López Ufarte o Satrústegui, anunciaban el adiós de una generación extraordinaria, que se había iniciado a
principios de los 80, ganando dos Ligas (1981 y 1982) y había completado una
inolvidable década, ganando la Copa del Rey en 1987, en La Romareda de Zaragoza
contra el Atlético de Madrid, y siendo subcampeón en 1988, contra el Barça.
Pero a partir de aquel partido, la Real inició su particular
maldición Copera, y así, en los últimos 23 años, no ha sido capaz de superar ni
una sola eliminatoria contra un Primera División. Los datos son aún más
demoledores comprobando que, en esos 23 años, sólo en dos ocasiones superó la
barrera de los octavos de final. En la temporada 1989-90, llegó a cuartos,
donde le eliminó el Barcelona. Y en la 1992-93, fue el Real Madrid quien le
apeó, también en la misma eliminatoria. Curiosamente, en ambas ocasiones sus
verdugos terminarían ganando la Copa. En el resto de ediciones, la Real sólo ha
conseguido alcanzar los octavos de final en cuatro ocasiones, y en las demás
cayó eliminada en las rondas preliminares. Ha caído ante Primeras, como
Sporting, Logroñés, Sevilla, Betis, Atlético de Madrid, Osasuna o Zaragoza, pero
también lo ha hecho contra equipos como Numancia (en la histórica temporada del
equipo soriano en 1996, que estuvo a punto de eliminar al Barcelona), Beasain,
Zamora o Mirandés. La temporada pasada se midió en dieciseisavos de final al
Almería, en su último enfrentamiento contra un Primera. Tanto en Anoeta como en
Almería, los andaluces ganaron, por 2-3 y 2-1. Fue el penúltimo capítulo de una
extraña maldición que puede romperse esta noche, en el Estadio de Los Cármenes,
si la Real Sociedad elimina al Granada. Si lo consigue, habrá puesto punto y
final al gafe que le persigue desde aquella noche de 1988, cuando escribió en
el Santiago Bernabéu una de las páginas más brillantes de su Historia.
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